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FASES EN EL PROCESO DE LA PSICOTERAPIA

Voy a distinguir cuatro fases principales que, podríamos decir, conforman la terapia, desde la fase inicial hasta la fase de seguimiento.

1. FASE INICIAL

El objetivo principal de esta primera fase es conseguir que el paciente se sienta cómodo conmigo, en mi presencia, para que comience a formarse la alianza terapéutica entre ambos y se fortalezca en las sucesivas sesiones. Propiciar un clima de colaboración entre nosotros dos, trabajando en el mismo sentido. Que el paciente me diga cuáles son los “motivos de consulta”, es decir, qué es lo que le ha llevado a llamarme y facilitar la conversación entre ambos en esta fase inicial.

Además, por mi parte, escuchar de forma total, con los ojos y los oídos, dejar hablar al paciente sin interrupciones, dando muestras de que le voy comprendiendo. No juzgarle (este punto se realiza en todas las fases).

2. FASE INTERMEDIA

En esta segunda fase planteo varios objetivos a conseguir:

a. Descubrir cuál ó cuáles son los conflictos que han traído al paciente a consulta, cuáles son los motivos que le preocupan y sobre los que quiere trabajar conmigo.

b. Elaborar ciertas explicaciones posibles (hipótesis) sobre cómo está viviendo y sintiendo el paciente ese conflicto, qué le impide hacer, cómo determina sus comportamientos con su familia ó amigos… qué sentimientos está teniendo y cómo le hacen sentir…

c. Plantear metas a conseguir: Se plantea al paciente, por ejemplo, disminuir ciertos patrones de conducta, elegir otros y potenciarlos, favorecer que se hagan las cosas de otra forma, ir probando un tiempo y ver qué sucede…, estas cuestiones son objeto de las conversaciones que llevamos a cabo en las sesiones y en las que vamos “afinando” esas conductas que el paciente quiere ejecutar de otro modo ó que yo he visto que no le están beneficiando para nada y, por tanto, será necesario revisar para aumentar su bienestar.

d. Proponer opciones, soluciones, otras vías de hacer las cosas.

e. Plantear el modo de trabajo tanto en consulta como en lo relativo a las “tareas para casa”.

Esta etapa es la más larga en el tiempo, en relación a las demás, vamos profundizando en los temas de conflicto, en las emociones asociadas y ampliamos la información. Yo suelo hacer preguntas del tipo:

– ¿cómo lo empezaste a notar/sentir?

– ¿de qué forma te afectó?

– ¿cómo le ibas haciendo frente para convivir con el problema/situación/conflicto?

 

3. FASE FINAL

También llamada “cierre del tratamiento”.

El objetivo en esta fase es consolidar y mantener los cambios que se han producido en la vida del paciente en las etapas anteriores. Consolidar en el sentido de la necesidad de afirmarse en dichos cambios, que le han ayudado a dejar de sentirse desmotivado, deprimido, con niveles altos de ansiedad…y le están haciendo sentir mejor y con mayor autoconfianza.

Mantener esos cambios, mediante la repetición y practicando mucho, siempre que sea posible en circunstancias similares, hasta llegar a convertirlos en comportamientos habituales ó hábitos.

Es frecuente que algunos pacientes manifiesten ciertos temores cuando les comento que el tratamiento va llegando a esta fase, aquí es completamente necesaria una conversación aclaratoria por mi parte, y, por supuesto, escuchar lo que el paciente tiene que decirme al respecto: no me cansaré de repetir que el trabajo terapéutico lo hacemos entre los dos, incluyendo la finalización de dicho trabajo, que debe consensuarse, no imponerse desde mi punto de vista.

 

Aquí en la fase final me gusta aclarar ciertos aspectos al paciente, como pueden ser:

A. Temores ó miedos a “enfrentarse” al mundo. Ya lo lleva haciendo hace tiempo, es cierto que con mi apoyo (luego comentaré esto en la cuarta etapa).

B. Respondo a las preguntas que, inevitablemente, le surgen al paciente, sobre situaciones futuras que se irán produciendo en su vida.

C. Reafirmo al paciente en su capacidad de responder adecuadamente a esas situaciones futuras, apelando a sus variados aprendizajes a lo largo del proceso terapéutico conmigo, a su mayor autoconfianza y autoestima, a sus logros conseguidos, a su motivación, a sus esfuerzos en la consulta y fuera de ella…

 

4. FASE DE SEGUIMIENTO

Si, como he comentado en otras ocasiones, el tratamiento psicológico es flexible, en esta fase lo es aún más, si cabe. Se plantean sesiones mensuales, cada dos meses, de seguimiento al paciente, para evaluar cómo se ha ido comportando la persona en ese tiempo y, si fuera necesario, reforzar lo aprendido ó insistir en alguna herramienta utilizada con anterioridad.

Posteriormente, se recomienda una sesión cada seis meses, y una sesión una vez al año, dependiendo siempre de la situación particular de cada una de las personas que estoy viendo, y hablándolo con él para llegar a un acuerdo. Esto sería lo lógico, aunque no se sigue a rajatabla, he tenido personas que han venido una vez durante varios meses y no han venido al año siguiente, ó personas que prefieren venir cada 3 meses, otras cada más tiempo…

Yo lo que hago es plantear la periodicidad y, luego, cada uno, en función de cómo vaya resolviendo las situaciones que se le van presentando en esos meses, decide cada cuantos meses quiere volver ó si, en un momento dado, decidimos que ya no es necesario que tenga sesiones de seguimiento.

Como veis, de nuevo aparece aquí la flexibilidad, que, en realidad, siempre está presente en psicoterapia (ó debería estar).

 

Si no te ha quedado claro algún aspecto de lo que he comentado, puedes escribirme a mi correo electrónico personal, que encontrarás en la página Contacto. Te responderé de forma confidencial.

 

 

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