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LA MEJORÍA DEL PACIENTE

Basándome en mi experiencia profesional, puedo decir que más del 90% de las personas que han acudido a mi consulta han mejorado notablemente consiguiendo sentirse mejor. Este sentirse mejor general lo podemos traducir como quererse más a uno mismo, aclarar aspectos cruciales de su vida, atreverse a expresar opiniones diferentes de las del resto de personas de su entorno, ganar en confianza personal… Este es un dato potente, contundente. Trabajo con personas con necesidades, intereses y pensamientos muy distintos, pero a la hora de la verdad, lo que a todos nos une es el deseo de estar en paz con nosotros mismos, ser coherentes con nuestros valores.

LA PSICOLOGÍA NOS POSIBILITA CONSEGUIR ESTE ESTADO DE BIENESTAR PERSONAL,  dilucidando cuestiones emocionales complejas que al paciente no le resultan muchas veces agradables de conversar, y surge el miedo a continuar al no poder controlar cómo se desarrollará el proceso terapéutico. Aquí nos encontramos con un gran escollo: que ese miedo del paciente le haga tomar la decisión de abandonar la terapia, ponerme excusas… en definitiva, no ser sincero conmigo sobre lo que le ocurre, cuando ya comenté en un artículo anterior la importancia fundamental de ser sincero para que el proceso terapéutico esté bien orientado.

A mis pacientes suelo decirles lo valientes que han sido al decidir venir a consulta, que saldrán fortalecidos del proceso terapéutico y con mayor seguridad en sí mismos. También es cierto que me van comentando ese sentimiento que se va instalando en ellos de autoconfianza, de que se ven más capaces de resolver algunos problemas con los que vinieron a consulta, el sentimiento de verse iguales a otros que antes magnificaban…

También me dicen que se conocen mejor a sí mismos, que se atreven a hacer cosas que consideraban “imposibles”, ó que antes no se habían planteado siquiera intentar

Asimismo, la mejoría del paciente también se transmite a su familia y amigos, es decir, cuando un miembro del sistema familiar cambia, mejora, también lo hace su familia más cercana. Esto es inevitable, el cambio afectará a todos.

Y por último quiero comentar la sensación tan auténtica que me transmiten mis pacientes de estar convirtiéndose en otra versión de sí mismos mejorada, su grata sorpresa al constatar que, lo que hablábamos hace unos meses, aquello que parecía “imposible “, no lo era;  en realidad era una idea errónea sobre él mismo y sus capacidades , que no era cierta.

Este descubrimiento de que muchas creencias que arrastramos desde hace años no son ciertas, es algo esencial para que la mejoría del paciente se produzca , para liberarse de esa opresión con la que tantas personas han llegado a mi consulta y que tanto les ha dañado en su vida antes de comenzar la terapia.

¿Crees que puedes tener algunas creencias falsas que no te benefician? Quizás sea el momento de revisarlas y eliminarlas de tu vida para poder mejorar.

 

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