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EL CAMBIO DURANTE Y DESPUÉS DE LA PSICOTERAPIA

Cuando una persona llega a mi consulta, parte de una situación problemática y de malestar psicológico y lo primero es saber qué cambios desea conseguir ó qué cuestiones quiere resolver con mi ayuda. Por eso, en la primera sesión le pregunto qué objetivos busca viniendo a consulta. EN QUÉ PUEDO AYUDARLE.

Ese es el momento en que se pone en marcha el proceso del cambio, aunque el paciente, ese primer día, no sea consciente de ello.

Durante las sesiones trabajamos de forma conjunta para ir derribando, progresivamente, todas las resistencias al cambio que presenta esta persona, sus creencias irracionales y ciertas formas de pensar distorsionadas que lleva consigo y con las que se maneja en la actualidad, que no le favorecen.

Si el paciente está convencido de “querer pasar a la acción” y resolver sus conflictos, puedo preguntarle qué podría hacer él para cambiar las cosas, cómo cree que se sentiría al hacer algo distinto ó cómo lo notaría. Así vamos abriendo el camino hacia la consecución de lo que él quiere lograr.

Sin darse cuenta, para él ya ha comenzado su proceso terapéutico de cambio personal, hemos dado el primer paso, ese primer paso esencial para empezar y sin el cual, la maquinaria de la terapia no podría comenzar.

Suelo poner un ejemplo bastante rudimentario para exponérselo: las ruedas de un carro. Lo más difícil, cuando el carro está parado es que empiece a rodar, ese primer empujón es el más duro y el que más esfuerzo nos llevará, el que supone que el carro cambie de estar parado a comenzar a rodar porque implica un cambio en su estado. Una vez que las ruedas del carro han comenzado a moverse, el esfuerzo que hay que seguir haciendo para que siga rodando, es mucho menor y cuesta menos.

Igual ocurre con la terapia, el primer atrevimiento para comportarse de forma diferente, es tremendamente costoso, difícil y da mucho miedo, pero sin ese primer paso no podrán venir los siguientes, que le irán costando menos, cada vez que se arriesgue.

Paulatinamente, este paciente valiente, (como a mí me gusta llamarle), se irá atreviendo a modificar ciertas costumbres perjudiciales para él, muchas veces no será consciente del gran avance que eso supone, gracias a la práctica que ha ido adquiriendo en su proceso personal.

De hecho, en no pocas sesiones, he sido yo la que se lo he hecho “saber”, cuando él no le estaba dando la importancia que tenía, y ha sido entonces cuando ha tomado verdadera conciencia de lo que había hecho. Estos momentos son los más satisfactorios para mí, cuando ya el carro va rodando con muy poco esfuerzo y el paciente se ha “acostumbrado” a manejarse de otra forma. Insisto: es un proceso difícil, muy duro casi siempre y no exento de complicaciones en el trayecto, pero sin ninguna duda, necesario para sacar a la persona del agujero en el que estaba y posibilitar que vuelva a tener en su mano las riendas de su vida, que es de lo que se trata.

¿ Quieres que te ayude a llevar las riendas de tu vida? ¿ Quieres intentarlo, con mi experiencia profesional a tu lado?

Si es así, ponte en contacto conmigo por teléfono ó por mail.

 

Crecimiento personal