El concepto de responsabilidad no es sinónimo del de culpa.
La culpa es una emoción fuerte que nos paraliza, nos impide desarrollarnos y nos mantiene anclados en el pasado. Nos produce un estado emocional angustiante, nos hace rumiar pensamientos negativos una y otra vez, sin descanso.
Por el contrario, la responsabilidad es esa habilidad que nos permite darnos cuenta de qué es lo que no nos gusta de nuestra vida ó de nosotros mismos y “ tomar acción “, implica actuar para intentar mejorarlo. Ser una persona responsable implica comprometernos con nosotros, conocer qué consecuencias se derivan de un determinado episodio que llevemos a cabo y ser capaces de valorar esas consecuencias.
Las emociones derivadas de ese compromiso personal son la tranquilidad, el sosiego, el sentimiento de estar donde uno quiere estar, manejar y gestionar mejor nuestras emociones y no dejarnos llevar por ellas, dirigir nuestras acciones hacia lo que queremos y esforzarnos al máximo por conseguirlo.
Y tú, ¿ te sientes responsable de tu vida? ¿ Eres coherente en tu forma de sentir y de comportarte? Cuéntamelo en el formulario de la página de Contacto, me gustará leerte.