Aunque puedas creer que no, tienes derecho a sentirte mal, triste ó desanimado. Según las circunstancias que nos sucedan, así nos sentimos: en consonancia con ellas.
Y porque somos humanos, tenemos sentimientos de todo tipo y no siempre se puede estar felices, entonces ¿por qué no se entiende ni se respeta, a veces, el que un familiar nuestro se sienta así? ¿Por qué intentas que deje de sentirse triste, ó le dices que deje de estarlo? ¿Por qué, muchas veces, le presionas por ello? No es buena idea, tiene derecho.
Esto sucede porque nos cuesta ver a un amigo triste, no nos gusta, no es buena compañía estando así, no puede ayudarnos estando así (pensando egoístamente). Nos transmite tristeza y eso a nadie nos gusta… pero la tristeza es tan necesaria como la alegría, a veces nos ayuda a valorar mejor los momentos en que nos sentimos muy bien.
La próxima vez que veas que un familiar ó amigo está triste dile que estás ahí para él, para lo que necesite, que puedes escucharle, abrazarle, ofrecerle tu compañía… pero no le insistas en que no tiene motivos para estar así, que su vida es maravillosa y que tiene una familia estupenda… porque eso es lo que tú ves desde fuera y no sientes lo que él está sintiendo ni piensas lo que él está pensando…
Si quieres comentarme algo sobre éste u otro tema, puedes utilizar el correo electrónico para ponerte en contacto conmigo. También puedes ver mi página de Facebook: Psicóloga Mónica González.