Menú Cerrar

VULNERABLES PERO INVENCIBLES. EL ESTUDIO DE EMMY WERNER

Debemos a Emmy Werner, psicóloga infantil y a su equipo de la Universidad de California, principalmente a Ruth Smith, un extraordinario estudio que fue el origen del concepto de resiliencia, que se llevó a cabo en una isla de Hawai en 1955.

Este equipo realizó un seguimiento durante 40 años a los casi  700 niños nacidos en ese año y trazó un programa riguroso para evaluar las circunstancias de su nacimiento y las condiciones físicas, familiares, sociales y psicológicas en las que iban creciendo.

La hipótesis de partida era que los niños que no recibían cuidados maternos, que vivían en condiciones de pobreza ó de violencia, eran más susceptibles de sufrir problemas de comportamiento y de aprendizaje, de caer en la delincuencia ó de sufrir problemas emocionales en la edad adulta, que aquellos otros niños que vivían en un entorno seguro a nivel emocional, no sufrían pobreza  y sus condiciones familiares eran buenas.

Efectivamente, como habían previsto, la mayoría de los niños que habían crecido en un entorno hostil, en la adolescencia ya tenían problemas de comportamiento y/ó emocionales, que continuaban en la edad adulta de forma claramente apreciable, pero hubo un grupo de niños que a pesar de haber pasado por una infancia complicada, pobreza familiar o que fueron abandonados por sus padres, habían sorteado estos obstáculos y se mostraban seguros de sí mismos, confiaban en sus capacidades y estaban sanos a nivel físico. Habían conseguido terminar sus estudios y eran hombres y mujeres maduros. Este grupo estaba formado por 72 niños y niñas del total del grupo estudiado.

A este último grupo de niños que no se adecuaron a lo que se esperaba según la hipótesis inicial, se los llamó héroes o “niños de oro”, bautizados así por los medios de comunicación porque resplandecían en medio de las tragedias que habían vivido.

Emmy y Ruth identificaron los factores comunes de estos niños “vulnerables pero invencibles “, y destacaron uno esencial: todos los niños que superaron las condiciones adversas habían establecido un vínculo afectivo seguro con, al menos, una persona fuese familiar ó no. Una persona que les daba esa seguridad que todo niño necesita para desarrollarse adecuadamente en todos los niveles de su vida, que les aceptó incondicionalmente, independientemente de su aspecto físico, las dificultades de su vida ó los problemas emocionales que hubieran podido tener.

Los resultados sorprendentes de este estudio pionero se han vuelto a poner de manifiesto en otros, cuyos resultados se han conocido hace relativamente pocos años, que son aún más favorables, ya que más de la mitad de los niños que sufrieron situaciones adversas tanto de pobreza como emocionales, fueron capaces de encajar dichas situaciones y salir reforzados de ellas,  así como tener una vida sana y gratificante.

Gracias al trabajo de estas psicólogas infantiles comenzó a vislumbrarse esa posibilidad del ser humano de sortear tremendas dificultades y poder desarrollar su propia resiliencia, de ver aún más claro que las personas no estamos determinadas por una infancia difícil, sólo necesitamos a un único adulto que confíe en nosotros y que nos acepte incondicionalmente, que nos muestre su afecto y nos quiera. Con esto, seremos vulnerables pero invencibles.

Crecimiento personal