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7 PILARES DE LA RESILIENCIA

Estos pilares los he tomado del libro del psiquiatra Luis Rojas-Marcos, “Superar la adversidad”, que, si no habéis leído, os recomiendo. Se trata de un libro claro, ameno y fácilmente comprensible. Los pilares de resiliencia que él describe, y que os resumo a continuación son los siguientes:

1. RELACIONES AFECTIVAS GRATIFICANTES

Ya comenté este punto cuando escribí el artículo sobre el estudio de Emmy Werner, a partir del cual se descubrió el concepto de resiliencia. El elemento común que tenían los niños que habían sufrido el abandono de sus padres ó situaciones de miseria, pero que habían conseguido vivir de forma sana, y se convirtieron en adultos maduros y sin trastornos psicológicos, fue contar con, al menos, una relación afectiva segura con un adulto (fuera familiar ó no). Podemos decir que, aparte de comida y sueño, los bebés necesitan para su desarrollo, afecto verdadero y cariño por parte de una persona, que no necesariamente deben de ser sus padres.

En palabras de Boris Cyrulnik, “un factor indispensable para que cualquier víctima pueda construir una nueva vida con sentido, es que haya encontrado un sostén emocional, aunque sea de una sola persona”. De hecho, está demostrado, que las personas que se sienten parte de un hogar familiar ó de un grupo de amigos, muestran un nivel de resiliencia superior a aquellos que no se sienten conectados a nadie ó carecen de una red emocional segura.

 

2. INTROSPECCIÓN

La introspección es la capacidad que todos tenemos de autoobservarnos, de percibir cómo nos sentimos y qué es lo que pensamos. Es la capacidad de hablar con nosotros mismos y de entendernos. También ser capaces de reflexionar sobre decisiones importantes que hemos tomado, “programar” ciertas conductas que sabemos nos ayudarán a estar mejor, saber cuáles son nuestros talentos, virtudes y defectos.

De esta forma, al conocernos mejor, contribuimos al desarrollo de la resiliencia.

 

3. MEMORIA

Otro pilar de la resiliencia es la memoria, esa capacidad que tenemos para evocar situaciones pasadas, recordar cómo nos comportamos y qué consecuencias tuvimos. Cómo nos sentimos entonces, nos puede ayudar a dirigir mejor nuestra vida ahora, echando mano de esos recuerdos pasados.

 

4. AUTOCONTROL

Me refiero aquí a la capacidad para controlar la impulsividad, a saber esperar las gratificaciones a largo plazo. Requiere de nuestra fuerza de voluntad y de motivación. Dicho autocontrol, ó control interno, está en nosotros, no en el exterior y es vital para favorecer la resiliencia.

¿Por qué es tan importante mantener el centro de control en uno mismo y no en lo externo? Porque las personas que funcionan así :

a. Son capaces de poner en marcha acciones para resolver ó manejar una complicación.

b. Se sienten más fuertes y empujados a actuar y no caen en la indefensión.

c. Confían mucho más en sus capacidades.

d. Opinan que sus decisiones son válidas, ó, al menos, intentan llevarlas a la práctica para validarlas.

e. Ponen en marcha su esfuerzo.

f. No piensan que todo depende del destino, la suerte ó el azar, sino que se ven artífices de su propio destino, y se lo trabajan.

En cambio, las personas que piensan que es el azar el que determina sus vidas suelen ser más pasivos, tienden a pensar “yo no puedo” y les invade la indefensión, ese sentimiento de que, hagan lo que hagan, nada cambiará, por tanto, piensan, ¿para qué me voy a esforzar?

 

Los siguientes 3 pilares los desarrollaré en el siguiente artículo.

 

Si tienes algún comentario que hacerme, puedes escribirme por correo electrónico, de forma confidencial.

Crecimiento personal