El duelo es la respuesta natural a la pérdida de un ser querido ó a un divorcio ó ruptura de pareja. Se trata de aceptar la ausencia de personas a las que queremos y hemos querido mucho. También hacemos un proceso de duelo cuando perdemos nuestro trabajo. Todo un desafío…
No se trata únicamente de que pase el tiempo, un año dicen muchos que es el tiempo necesario… 6 meses he leído también… en realidad, de lo que se trata es de lo que hacemos en esos meses, más que de la cantidad de tiempo en sí.
Debe ser un proceso activo por nuestra parte, un tiempo en el que seamos, poco a poco, capaces de asimilar la pérdida de esa persona cercana, expresar lo que sentíamos por ella y lo que sentimos ahora, en el momento en que ha fallecido.
Al principio se recuerdan los últimos meses ó años de su enfermedad, si la hubo, cómo esa persona fue dejando de ser ella misma, cómo la enfermedad la transformó y no volvió a ser la misma después… sucede tanto en una enfermedad mental como en una de tipo físico. Son los recuerdos que más persisten quizás por ser los últimos y mas dolorosos.
Pasado un tiempo, muy distinto para cada uno de nosotros porque cada uno lleva un ritmo de asimilación de la ausencia, los recuerdos no son únicamente duros, sino que los momentos positivos vividos con esa persona también afloran cada vez con más frecuencia, a la vez que los difíciles van estando ahí aún, pero es como si doliesen menos… Por supuesto esto no siempre se cumple así, ya que el proceso de duelo es tan particular de cada uno, tan singular, que esto que digo sería una aproximación de lo que suele suceder en muchas personas, pero no es una regla universal.
Aprender a vivir sin nuestro ser querido es la durísima prueba que tenemos por delante.
Sin duda será de otra forma, quizás cambiando ciertos valores ó dando prioridad a alguno antes que a otro, de manera distinta a nuestra escala anterior.
Transformacion personal difícil como pocas, pero necesaria para poder seguir hacia adelante con nuestra vida.
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