Menú Cerrar

¿EN QUÉ CONSISTEN LAS TAREAS PARA CASA?

Estas tareas sirven para que la persona siga trabajando en su mejoría los días que no viene a consulta, y también para fortalecer la confianza en sí mismo, hacerse responsable de su bienestar, plantear dudas sobre lo propuesto, etc.

En su mayoría suelen ser ejercicios de escritura: traerme anotados sus estados de ánimo en esos días, qué sentimientos han predominado, sus pensamientos negativos y positivos, cuál ha sido el mejor y peor momento de la semana, si ha pensado en algún objetivo más a conseguir viniendo a consulta…

Los temas son muy variados y los voy pidiendo en función de cómo vaya evolucionando cada persona con el tratamiento, su nivel de conciencia sobre sus conflictos y qué papel tiene él… totalmente personalizado, como no puede ser de otra manera.

Además de estos ejercicios de escritura, como a mí me gusta llamarlos, también les planteo tareas “de acción”, es decir, a personas que han asociado altos niveles de ansiedad en un centro comercial, por ejemplo, y por ello han dejado de ir, les propongo, sin obligación ni fecha y si se ven con la suficiente fortaleza, el ir allí acompañados por alguien de su confianza y que conozca el problema que sufren. El primer día es suficiente con estar 5 minutos en la entrada, al día siguiente 10, y así sucesivamente, acompañados, y en función de la ansiedad que vayan teniendo les voy orientando en una dirrección u otra, hasta llegar al punto en el que puedan ir solos. Puede parecer, quizás, que es un proceso que va a llevarles mucho tiempo, pero a veces es sorprendente lo rápido que se hace la adaptación, aunque hay muchas variaciones de una persona a otra.

Hay otro grupo de tareas para casa que también me gusta plantear cuando el tratamiento ha avanzado un poco más, que es muy aconsejable para aquellas personas que casi nunca se han atrevido a dar su opinión al estar en un grupo, ya sea en su trabajo, en una reunión familiar… en cualquier situación social, en definitiva. Y no se han atrevido a hablar porque siempre han creído que su opinión no era válida, no era buena, no servía, que nadie le iba a escuchar ó a tener en cuenta… Está muy relacionado este punto con la timidez, pero mucho más con la autopercepción que esa persona tiene de sí misma y con lo que los demás le han ido transmitiendo sobre su valía personal. Como ya os imagináis, la tarea a la que me estoy refiriendo es la de alentar a esa persona a que se exprese, que dé su opinión, aunque sea distinta a las que está escuchando…

Y después de planteárselo le digo algo así como, “nunca te dije que esto fuera fácil, de hecho, creo que es bastante complicado de hacer…pero sé que será bueno para tí y tú has venido aquí a trabajar para estar mejor, así que…no hay prisa, cuando se presente una oportunidad lo intentas, intentas expresarte y el próximo día me cuentas… y si no puedes, no pasa nada”.

No hay obligación de traer “las tareas hechas” a la siguiente sesión, pero sería lo mejor, a mí me ayuda muchísimo porque me permite saber cómo se ha encontrado el paciente esos días en que no lo he visto; si no se ha atrevido a expresar su opinión siguiendo con el último ejemplo, averiguar y preguntar qué es lo que le ha impedido hacerlo, etc. Les doy una cuartilla que tengo en mi mesa para que me traigan apuntadas estas cuestiones, aunque esto también es muy flexible; hay personas que prefieren tener un cuaderno “para la consulta” y en el que me van anotando lo que les sucede, me lo leen cuando nos vemos y yo tomo mis notas. En esto, como en todo, lo que prima es la flexibilidad.

Lo importante es que el paciente trabaje entre sesiones en su autodescubrimiento, en su autoconocimiento, porque con esto el tratamiento psicoterapéutico avanza más rápido y es más efectivo, además de que él se ve el artífice de su propio cambio y eso le estim

 

¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Te ha aclarado algo? Si quieres ponerte en contacto conmigo, de forma confidencial, tienes mi correo electrónico para ello.

Tareas para casa