La hipersensibilidad es una sensibilidad extremadamente elevada hacia estímulos auditivos, de hambre, de luz, dolor… Las personas con alta sensibilidad son más empáticas e intuitivas, a veces se les percibe como tímidas, aunque esta etiqueta no siempre se cumple, es decir, pueden ser más extrovertidas de lo que pueda parecer en un principio.
Suelen presentar baja autoestima, se sienten más vulnerables que el resto y necesitan una gran aceptación por parte de los otros. También tienen más en cuenta los comentarios negativos sobre ellas que los positivos, que suelen ignorar. Así, la vida se les hace muy difícil. En el terreno laboral, la situación no mejora: su pobre confianza en sus capacidades les llevan a no resolver tareas ó, a veces, a no intentar solucionarlas.
Sus reacciones emocionales suelen ser muy intensas, no se sienten comprendidos ni valorados, quizás porque hay datos que no tienen en cuenta y otros (generalmente los negativos) los sobredimensionan. Las relaciones interpersonales se hacen realmente complicadas, a veces se muestran desconfiados ó se sienten atacados. Pendientes de cualquier pequeño gesto, que interpretan de forma equivocada muchas veces, sufren de forma desmesurada por ello.
En la consulta se les ayuda a ver la realidad tal cual es, a desmontar los esquemas cognitivos erróneos que mantienen y que hace que continúen sufriendo. También a que mejoren su autoconfianza, que es el pilar principal de toda persona y aprendan a adaptarse de la mejor manera posible a sus circunstancias de vida.
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